Por Dácil Acevedo
“Elijamos unir el poder de los mercados con la autoridad de los ideales universales.
Elijamos reconciliar las fuerzas creativas y emprendedoras de la empresa privada con las necesidades de los desfavorecidos y de las futuras generaciones…”
KOFFI ANNAN, Secretario General de las Naciones Unidas
I- Una apuesta por el desarrollo
Ser una empresa socialmente responsable implica una forma de hacer negocios, que se manifiesta en la ética de su accionar, su relación con la comunidad, el trato a los trabajadores y el respeto al medio ambiente. Respetar estos principios básicos hace a las empresas más competitivas en tanto generan un entorno de negocios que favorece la inversión, el desarrollo económico y la modernización.
La RSE es la forma de hacer negocios de manera sustentable en el siglo XXI. De acuerdo a las últimas investigaciones, la RSE es un valor agregado y una ventaja competitiva para las empresas en tanto genera valor económico, social y ambiental[1]. En lo económico, aumenta la competitividad y abre nuevos mercados. En lo social, aumenta el capital social de la comunidad y genera una ciudadanía responsable. En lo ambiental, promueve la protección del medio ambiente.
La RSE implica adoptar una actitud de “ciudadano corporativo” que se traduce en las prácticas y políticas internas y externas de la empresa en cinco esferas: ética, derechos humanos, condiciones laborales, medio ambiente y comunidad. Su conceptualización y práctica requieren de su integración en la estrategia, la cultura y la organización de la empresa, haciendo un análisis sistemático y permanente de las expectativas y prioridades de los ciudadanos y los sectores involucrados en nuestro entorno.
La responsabilidad social empresaria (RSE) se refiere así, al rol y el aporte que la empresa privada puede realizar al desarrollo del país desde una visión de co-responsabilidad. Por ello, la responsabilidad social no se ejerce sola sino en gestión asociada y mediante alianzas estratégicas con los otros sectores involucrados en el desarrollo tales como el sector público y la sociedad civil.
La adopción colectiva del desafío de la responsabilidad social por parte de las empresas permite generar una economía global, nacional y local sustentable e inclusiva desde una nueva cultura ciudadana que apoya el desarrollo justo y equitativo del país. La RSE se construye sobre una base ética e instituciones sólidas. Implica ir más allá de lo que la ley nos obliga y teniendo en cuenta a todos los sectores involucrados en nuestro accionar. No es fácil, requiere de un esfuerzo pero es inevitable para ser competitivos en el siglo XXI.
II- El Pacto Global
“La más importante razón que enfrentan los empresarios para
ser socialmente responsables debería ser su compromiso a
contribuir con la inclusión social. Sólo de este modo el mercado
alcanza una legitimidad de largo plazo”
ANTON STADLER, Senior Advisor del Pacto Global
Ante los retos de la globalización y la interdependencia de los principios éticos, los derechos humanos, las normas laborales y la protección del medio ambiente, el Secretario General de Naciones Unidas –Koffi Annan- invitó a los empresarios más destacados del mundo en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza en enero de 1999 a suscribir un compromiso a escala global que permitiera traducir estos principios universales en prácticas corporativas.
Ante la buena acogida de esta invitación en el sector corporativo, en julio de 2002 se lanzó oficialmente esta iniciativa en la sede de Naciones Unidas bajo el nombre de Pacto Global con el fin de adoptar valores y principios compartidos que le dieran un rostro humano al mercado mundial.
El objetivo del Pacto Global es facilitar la alineación de las políticas y prácticas de las empresas junto a valores y objetivos éticos universalmente consensuados e internacionalmente aplicables. Estos valores éticos básicos se formularon inicialmente en nueve principios claves en las áreas de derechos humanos, derechos laborales y la protección del medio ambiente.
Las tres grandes áreas del Pacto Global fueron escogidas en tanto se consideró que eran aquellas en las que las empresas tienen mayor capacidad de incidencia en pos de un cambio positivo. Se derivan de los siguientes acuerdos internacionales:
• La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
• La Declaración de la Organización Internacional del Trabajo sobre Principios Fundamentales y Derechos Laborales de 1998.
• La Declaración de Río de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992.
El Pacto Global nació
III- Quién es quién en el Pacto Global
El Pacto Global es una red mundial creada para difundir esta iniciativa que está destinada a profundizar la cultura de la responsabilidad social corporativa
El Pacto Global constituye una red mundial con múltiples actores claves y estratégicos. En el centro de la red se encuentra la oficina del Pacto Global que es acompañada por cinco agencias de las Naciones Unidas: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Las Naciones Unidas actúan así como órgano de secretaría y facilitador del Pacto Global.
Los otros actores claves y estratégicos de esta red son:
• Empresas sobre cuyas actividades se pretende influir,
• Fuerza laboral de la que depende todo el proceso de la producción mundial,
• Organizaciones de la sociedad civil, que representan a una comunidad más amplia de intereses,
• Gobiernos, que definieron los principios en los que se basó la iniciativa.
El Pacto Global ya ha logrado gran difusión y adhesión mundial. Hasta la fecha más de 2000 organizaciones –en su mayoría empresas- han adherido a esta iniciativa lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas y se han formado más de 40 Redes Nacionales del Pacto Global en todo el mundo.
El desarrollo del Pacto Global es apoyado por un Consejo Consultivo formado por 17 altos ejecutivos de empresas, dirigentes sindicales internacionales y representantes de las organizaciones de la sociedad civil de todas partes del mundo que actúan brindando su conocimiento y experiencia en la materia, a fin de estimular el cumplimiento de sus principios.
IV- Un espacio de aprendizaje
El Pacto Global provee un espacio de diálogo y aprendizaje que se alimenta de las experiencias concretas de los participantes para diseminar buenas prácticas, motivar la innovación y la experimentación y comunicar los resultados del proceso.
En la práctica el Pacto Global es un ejercicio amplio que no está sujeto a un monitoreo y una evaluación de desempeño de las empresas involucradas. Es en cambio un compromiso y una oportunidad para promover e intercambiar buenas prácticas de responsabilidad social empresaria que promuevan un desarrollo más sustentable.
Al adherir al Pacto Global la empresa no recibe una certificación de que es socialmente responsable. En cambio, su participación implica un reconocimiento que la empresa respalda la iniciativa y se compromete a promover y aplicar los principios del Pacto Global tanto a lo interno de su empresa como en sus acciones externas hacia la comunidad y el medio ambiente.
V- Los diez principios del Pacto Global
Originalmente, el Pacto Global comprendía nueve principios interdependientes y sinérgicos en las áreas de derechos humanos, condiciones laborales y respeto al medio ambiente. Recientemente, el Secretario General de las Naciones Unidas –a solicitud de las propias empresas adheridas al Pacto Global– incorporó un décimo principio relacionado a la lucha contra la corrupción.
Este nuevo principio se basa en los lineamientos emanados de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción del año 2003 y la agencia especializada que se sumó al Pacto Global para apoyar en esta nueva área es la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas.
Los principios que el Pacto Global promueve son un conjunto de valores fundamentales que se espera que el mundo de los negocios adopte, apoye y promulgue en su ámbito de influencia a fin de generar cambios positivos en la sociedad. Estos son:
Derechos Humanos
Principio No. 1: Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos reconocidos internacionalmente dentro de su esfera de influencia;
Principio No. 2: Deben asegurarse de no actuar como cómplices de violaciones de los derechos humanos.
Trabajo
Principio No. 3: Se pide a las empresas que apoyen la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva;
Principio No. 4: Que promuevan la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso y obligatorio;
Principio No. 5: Que promuevan la abolición efectiva del trabajo infantil;
Principio No. 6: Que promuevan la eliminación de la discriminación en relación con el empleo y la ocupación.
Medio Ambiente
Principio No. 7: Las empresas deben apoyar un criterio de precaución respecto de los problemas ambientales;
Principio No. 8: Adoptar iniciativas para promover una mayor responsabilidad ambiental;
Principio No. 9: Fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías ecológicamente racionales.
Anti-Corrupción
Principio No. 10: Las empresas deben luchar contra todas las formas de corrupción incluyendo la extorsión y el soborno.
VI- El Pacto Global en Panamá
El Pacto Global facilita la creación de estructuras y redes locales o regionales. Este tipo de redes están diseñadas para apoyar la puesta en práctica de los diez principios; facilitar el aprendizaje y el conocimiento recíproco a través de la experiencia; la formación de foros locales o regionales sobre cuestiones de globalización; la formulación de proyectos de alianzas y la incorporación de nuevas empresas al Pacto Global.
Panamá fue el primer país de América Latina donde se formó una red local del Pacto Global y uno de los diez primeros países del mundo donde se realizó una experiencia piloto en este sentido. Desde julio de 2001, cuando por primera vez se dio a conocer el Pacto Global en Panamá, más de 70 organizaciones –entre compañías, asociaciones empresariales y organizaciones no gubernamentales- han suscripto esta iniciativa, promoviendo estos diez principios e incorporándolos a sus operaciones diarias.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue el impulsor original de la creación de una plataforma que permitiera desarrollar el Pacto Global en el país. Así en noviembre de 2002 se formaliza la creación de la RED DEL PACTO GLOBAL-Panamá con el lema Responsabilidad Empresarial para el Desarrollo.
“Ser un grupo de empresas líderes panameñas comprometidas que impulsan, apoyan y comunican las dimensiones, exigencias y resultados de la RSE sostenible para el mejoramiento de las condiciones sociales de Panamá”
Visión de la RED DEL PACTO GLOBAL-Panamá-
La RED DEL PACTO GLOBAL-Panamá- promueve el intercambio de experiencias y buenas prácticas en materia de responsabilidad social empresaria (RSE) entre sus miembros. Funciona mediante una Secretaría Técnica con sede en la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (APEDE) que originalmente fue financiada con apoyo de PNUD y actualmente lo hace mediante acciones de autogestión.
VII- La importancia de participar en el Pacto Global
En los últimos años, las expectativas sobre el papel que desempeñan las empresas en la sociedad ha ido cambiando generándose el concepto de responsabilidad social empresaria (RSE), el cual se ha incorporado a una nueva forma de pensar y de actuar en los negocios.
Se ha constatado que la incorporación de la RSE redunda en el rendimiento positivo de los negocios. Es un hecho, que las compañías reconocen que deben responder a cada vez más personas e instituciones vinculadas con sus actividades: inversores, empleados, organizaciones no gubernamentales y comunidades de intereses –personas e instituciones-.
Ante estos nuevos desafíos para las empresas el Pacto Global es una alternativa que permite apoyar la formulación de soluciones prácticas a nuevos problemas y nuevos actores que las empresas enfrentan relacionados con la globalización, el desarrollo sostenible y la co-responsabilidad social. Adherir a principios universales y practicar la buena ciudadanía corporativa son sin duda, grandes aportes que desde el sector privado se pueden realizar en pos de una economía global y nacional más sostenible e integrada.
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