Palabras del Dr. Bernando Kliksberg sobre voluntariado

. jueves, 29 de diciembre de 2011
0 comentarios

Durante la celebración del Encuentro de Líderes del Voluntariado tuvimos el placer de escuchar el mensaje enviado por el Dr. Bernando Kliksberg a todos esos voluntarios panameños que están haciendo la diferencia:

Queridas voluntarias y voluntarios de Panamá:

Con gran alegría recuerdo mi paso por Panamá en agosto. La reunión con el sector voluntario del país sin duda fue un hito y un punto de inflexión. Me honró profundamente tener la oportunidad de compartir con Uds. y compartirles las tendencias en la materia. Quiero destacar muy especialmente la labor de nuestra querida Sucy de Varela, entonces Vice-Ministra de Desarrollo Social, que hoy de vuelta en Nutrehogar sigue haciendo historia por y para Panamá en materia de compromiso social.

Hoy celebramos nuestro día, el Día Internacional de los Voluntarios y estamos concluyendo así la Década del Año Internacional de los Voluntarios, que fue proclamado por las Naciones Unidas en el año 2001.

Según los últimos datos de la ONU 2700 millones de personas viven muy precariamente con menos de dos dólares por día. Cada 3.6 segundo alguien muere de hambre, lo más probable es que sea un niño de menos de 5 anos. 2600 millones de personas no tienen instalaciones sanitarias. 1000 millones no tienen acceso a agua potable.

Con solo 0.25 centavos de dólar se le podría dar a un niño una taza diaria de micronutrientes con todos los que necesita. Mueren 8 millones de niños por año, y la desnutrición es una causa central. Se gastan por segundo un millón y medio de dólares en armas. El 1% tiene hoy el 43% de los activos del planeta. El 50% de menores ingresos, solo el 2%.

Los jóvenes indignados de Wall Street, España, y muchísimos otros países, han llamado la atención mundial sobre ello. Sus carteles dicen, somos el 99%. La actual es la peor distribución del ingreso de la historia. La última encíclica Papal la llama con razón "las disparidades hirientes".

En este contexto, se necesitan políticas públicas vigorosas a favor de la gente. Cada ciudadano debe exigirlas. Pero al mismo tiempo no esperar un minuto más, y voluntarizarse. Los voluntarios pueden hacer una gran diferencia todos los días para millones. Sumados en alianzas estratégicas, con políticas públicas que tengan como prioridad la pobreza, con la responsabilidad social empresarial, con Universidades como la UTP de Panamá que tienen alta responsabilidad social y otros actores responsables, se puede cambiar la situación.

En el día de hoy, las Naciones Unidas están presentando el Primer Informe Mundial de Voluntariado -cuya Comisión Asesora integré-. El mismo identifica que hay mil millones de personas que hacen trabajo voluntario. Producen bienes y servicios, que los convierten en la séptima u octava economía del mundo. Cada vez más lo hacen horizontalmente, con el respeto más profundo por la dignidad del pobre.

Es un gigantesco movimiento inspirado por el mensaje bíblico. Debemos ser los unos responsables por los otros. Para cada voluntario es una oportunidad real de practicar el amor al prójimo y ver como la vida se hace mucho mas plena.

Hoy en el Día Mundial del voluntariado redoblemos los esfuerzos. Detengamos a la pobreza y la desigualdad. Los partidarios de la justicia, la solidaridad, el amor, somos el 99%, somos la inmensa mayoría, y los voluntarios son su vanguardia.

Dr. Bernando Kliksberg Siga leyendo >>>

La sostenibilidad y la reputación

. lunes, 14 de noviembre de 2011
0 comentarios

Por Gustavo Manrique. Sostenibilidad y reputación de marca son dos variables que van de la mano. Las empresas que no desarrollen procesos genuinos en materia de sostenibilidad tendrán problemas de reputación y con ello pérdida de competitividad, valor de mercado y un escrutinio público negativo.

Diversos estudios realizados por empresas especializadas en múltiples sectores en todos los continentes demuestran que la afirmación anterior no es una “alerta académica”, sino que más bien constituye una de las mayores preocupaciones de las empresas y; además, la pérdida de reputación es considerado uno de los mayores riesgos corporativos del presente y futuro inmediato.

A finales del mes pasado la reconocida empresa de consultoría KPMG presentó un nuevo estudio que sustenta aún más la reflexión anterior. En el mismo un 46% de los ejecutivos encuestados opina que “el impacto sobre la reputación de la empresa es el motor principal hacia el cambio de la conducta corporativa para respaldar las metas de sostenibilidad”, mientras que el 28% de los directivos señaló que la clave es el impacto sobre los resultados de la compañía y el 16% señaló que las presiones competitivas son el factor de cambio en la conducta. Sólo el 10% manifestó que las modificaciones en la política pública impulsaron el cambio.

Sin duda este es un reconocimiento del valor de la reputación como un activo fundamental del negocio. Ahora, si le preguntara a usted, amigo empresario, cuantos recursos invierte su compañía en el desarrollo y monitoreo de la reputación corporativa, ¿qué me diría? Seguramente su respuesta será similar a la conclusión a la cual llegó la Universidad de Michigan que reportó lo siguiente: “la mayoría de las empresas dedican entre un 80% y un 90% de sus esfuerzos a la gestión de las áreas tangibles y muy poco a esos elementos intangibles”.

El mundo ha cambiado y las empresas tienen que hacer un ajuste para alinear su desempeño a las expectativas y realidades del entorno en el cual se desarrollan.

De vuelta al estudio de KPMG y en relación a esta necesidad de alinear la empresa al entorno, Yvo de Boer, Consejero Global Especial de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG insiste en que "La sostenibilidad ahora es una parte nuclear de la agenda corporativa de muchas empresas, está muy integrada en su estrategia, y es un tema sustancial… Las compañías se están dando cuenta de que pueden usar la sostenibilidad no sólo para diferenciarse, sino que les puede ayudar a ingresar a nuevos mercados".

Entre las conclusiones que presentó Jesús González Arellano Socio a cargo de Sostenibilidad de la firma en una reciente presentación realizada en Panamá destacan: El tema de la sostenibilidad es estratégico – no es altruismo o mercadotecnia. Es mucho más que un concepto “verde”. Cada organización requiere un traje a la medida. Cada industria tiene sus particularidades. Actualmente es requerido para financiamiento, cumplimiento y reputación (Bolsa de valores+Bancos). Es un camino-proceso por recorrer. No es sólo para las empresas grandes, es para empresas que quieran ser diferentes y subsistir en largo plazo. La interacción con terceros es relevante – stakeholders, cadena de valor. Los impactos son económicos, de reputación, de cumplimiento y legales. Si no inicia de inmediato la ruta hacia la sostenibilidad… al menos piénselo. Siga leyendo >>>

La sostenibilidad y las finanzas corporativas

. lunes, 26 de septiembre de 2011
0 comentarios


Por Gustavo Manrique. Lo que en un pasado reciente se consideraba un tema secundario de los negocios, enfocado en una agenda de relaciones públicas e imagen corporativa, hoy es parte fundamental del plan estratégico y la competitividad.


Estamos hablando de la sostenibilidad, algo que apenas los líderes empresariales comienzan a comprender, pero cada vez presiona más al bottom line de las empresas.

Si aún tiene dudas sobre la importancia de este tema lo invito a leer el último estudio de Ernst & Young - E&Y- titulado "Cómo la sostenibilidad ha ampliado el papel del CFO" a través del cual se dibujan claramente las tendencias en la materia.

Como reflexión inicial, los investigadores de E&Y destacan que tradicionalmente los temas de sustentabilidad estaban fuera de la jurisdicción de las Direcciones de Finanzas. Corriendo tras de los números, los y las Chief Financial Officer - CFO- dejaron en otras manos las cuestiones de responsabilidad social empresarial. Sin embargo, las barreras de trabajo se están desmoronando, inversores, clientes empresariales y otros grupos de interés han mostrado un creciente deseo de conectar el desempeño financiero de una empresa a su impacto social y ambiental. Para hacer esa conexión, han comenzado a evaluar el desempeño de la compañía en lo ambiental, social y el gobierno.

En este sentido, los temas de sostenibilidad y los resultados financieros se han comenzado a entrelazar. Las direcciones financieras se están involucrando en la gestión, medición e información de las actividades de sostenibilidad de las empresas. Según este estudio, esta participación ha ampliado el papel de la direccción financiera de una forma que habría sido difícil de imaginar, incluso hace pocos años.

Los cambios se derivan; en parte, de la influencia de inversionistas institucionales que a menudo relacionan directamente el cambio climático y la sustentabilidad con los perfiles de riesgo de las empresas, su reputación y su desempeño financiero.

Tal como lo comenta el blog Comunicarse, dedicado a temas de comunicación de responsabilidad y sustentabilidad empresarial, analistas de la renta variable, por ejemplo, han comenzado a mirar las prácticas de sostenibilidad de las empresas. Más de 300,000 terminales de Bloomberg en todo el mundo proporcionan la información de sostenibilidad corporativa, tales como datos de emisiones de carbono, cifras sobre el consumo de energía, las políticas corporativas y la composición del directorio. Esa información que hasta hace poco se mantenía oculta o era compartida con bastante moderación, ya está disponible con sólo tocar un botón.

Los principales mapas de riesgos vislumbrados para el mundo corporativo para los próximos años, desde los elaborados por The Economist hasta el World Economic Forum, evidencian que la crisis que enfrentarán las empresas estarán asociadas a la sostenibilidad, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, limitación de acceso al agua, presiones de grupos organizados y las nuevas regulaciones en la materia.

Es tiempo de asumir la sostenibilidad como un aspecto fundamental para la competitividad del negocio y la licencia social para operar.
Siga leyendo >>>

La ética y los negocios

. jueves, 1 de septiembre de 2011
0 comentarios

Por Gustavo Manrique. La semana pasada tuvimos el privilegio de recibir en Panamá al Dr. Bernardo Kliksberg, quien es reconocido como pionero de nuevas áreas del pensamiento sobre el desarrollo. Entre ellas, es considerado uno de los precursores internacionales en responsabilidad social empresarial y una reconocida autoridad en capital social, una nueva área del conocimiento con amplísimas aplicaciones económicas, gerenciales y sociales.

Sus casi 50 libros sobre gerencia social, ética para el desarrollo y gestión pública han sido traducidos a diversos idiomas y su último título Primero la gente, escrito con el Premio Nobel de Economía Amartya Sen, ha logrado situarse como best seller internacional.

Para Kliksberg las recientes crisis globales, las crisis financieras y las crisis corporativas responden a un vacío ético y; en su conferencia desarrollada en la Biblioteca Nacional, insistió en que los mercados sin ética son un peligro que pueden convertirse en monopolios u oligopolios sin alma. La inconsistencia de la economía con la ética ha sido la causa de las crisis recientes.

En este contexto las escuelas de negocios juegan un rol fundamental y éste prolífico experto afirma concienzudamente que hay que interpelar a los decanatos de los MBA´s de negocios para comprender por qué no han enseñado ética.

Pero Kliksberg no es el único que aboga por profundizar incisivamente en la ética en los negocios. En días pasados, el Financial Times publicó un artículo escrito por Jeffey Gandz, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Western Ontario, Canadá, que no tiene desperdicio.

Algunas reflexiones del autor merecen especial atención. Por ejemplo:
1. Cuando se enfatiza que el objetivo de los negocios es crear valor para la propiedad, se está restringiendo la visión del estudiantado.
2. Si los cursos de ética o sostenibilidad son materias electivas, el mensaje que reciben es que esto es opcional.
3. El estudiantado se ve muy influenciado por lo que observa y siente en el ambiente de la escuela, de allí que los comportamientos y los valores que ven en el profesorado y en su entorno son más determinantes.
4. Cuando se llaman a la ética y la responsabilidad corporativa tópicos "blandos" en contraposición con los "duros" como contabilidad, economía y finanzas, se está enviando un mensaje claro de la importancia relativa.
5. Cuando se invitan a personas directivas de empresa que han ganado mucho dinero, muy rápidamente a que den charlas en la escuela, se está enviando el mensaje de que ello es lo que se espera. Cuando no se invita a jefaturas de empresa a que hablen de conflictos éticos, de cómo los resuelven en sus empresas, se está enviando el mensaje de que ello es secundario.

La ética y la responsabilidad social corporativa crean valor, mucho más en una época en la cual las relaciones de negocios se basan en la confianza y la reputación. Las escuelas de negocios tienen el deber de formar una nueva camada de líderes corporativos con conciencia social. Siga leyendo >>>

Del Greenwashing a la Estrategia Sostenible

. viernes, 10 de junio de 2011
0 comentarios

Por Gustavo Manrique Salas. Construir una imagen ambientalmente hueca es una visión cortoplacista que generará mayores presiones sociales, mala prensa, pérdida de mercado y de valor de marca consecuentemente.

El Greenwashing puede entenderse como el acto de inducir a error a quienes consumen y grupos de interés en relación con las prácticas ambientales de una empresa o los beneficios ambientales de un producto o servicio.

Este fenómeno forma parte de la miopía de muchos liderazgos corporativos, de gobierno e incluso de ONG que buscan construir una fachada verde para ocultar sus propios vicios e intereses.

El proceso para llegar a una estrategia sostenible ha pasado por varias etapas en las últimas décadas. En el mundo corporativo hubo inicialmente una desconexión y posteriormente la asignación del problema a otras partes.

Algunas mentes creativas entendieron que en el tema medioambiental había una oportunidad para mejorar la imagen corporativa y de sus productos y comienzan a hacer greenwashing como una forma de capitalizar el sentimiento social.

El creciente escrutinio público sobre las empresas les ha exigido pensar mejor sus estrategias y tomarse un poco más en serio su rol frente a los temas ambientales, sumado a las crecientes y divergentes regulaciones que han generado un escenario complejo.

Esta situación ha impulsado rigurosos procesos de investigación y grandes empresas de consultoría como KPMG, Deloitte, Accenture, PriceWaterhouseCooper entre otras, sumado a la Red del Pacto Global o el Foro Económico Mundial y ONG ambientales de reconocida trayectoria; han comenzado a generar estudios muy relevantes que han permitido orientar a las empresas y sus negocios en la ruta hacia la sostenibilidad.

Hoy, el greenwashing puede ser la peor pesadilla para una empresa, construir una imagen ambientalmente hueca es una visión cortoplacista que generará mayores presiones sociales, mala prensa, pérdida de mercado y de valor de marca consecuentemente.

Hoy, las empresas líderes están en una etapa de indagación profunda de su rol para desarrollar procesos sostenibles asociados a sus planes de negocios. Por ejemplo, el estudio global de Accenture titulado, “A New Era of Sustainability” arrojó que un 93% de CEO's de las principales empresas del mundo creen la sostenibilidad es un tema crítico para el éxito futuro de su negocio. Por su parte el estudio global realizado por el área de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG titulado “Corporate Sustainability”, plantea que menos de la mitad de las pequeñas y medianas empresas cuenta con una estrategia en desarrollo sostenible, frente al 80% de las grandes. Las Pymes tienen un importante desafío que atender.

Sí hay liderazgos corporativos que han asumido un compromiso mayor al aportar sus recursos e inteligencia a favor del planeta y hacer dinero con esta visión.

Desde mi punto de vista lo que falta es el desarrollo de un tejido social para la sostenibilidad. Las ONG expertas en estos temas no pueden estar de espaldas a las empresas sino integrarse a estas y crear sinergias, las empresas tienen que dejar de ver a las ONG como enemigas e involucrarlas para consolidar una efectiva ruta estratégica, los gobiernos no pueden legislar de forma aislada al resto de los actores y, quienes consumen, tienen que recompensar la labor de aquellas empresas que están aportando en la ruta hacia la sostenibilidad, a través del consumo de sus productos o servicios y premiar a los que están trabajando en la dirección correcta.

Roberto Artavia, autor de los Ensayos de Baar sostiene que “el desarrollo sostenible es una tarea demasiado grande para cualquier sector de la sociedad por sí solo. Para que se produzca simultáneamente crecimiento, prosperidad y sostenibilidad se requiere del concurso activo de todos los sectores”.

Este es hoy el mayor reto, construir tejido social para favorecer la sostenibilidad. Siga leyendo >>>

El Día de la Tierra

. martes, 19 de abril de 2011
0 comentarios

Por Gustavo Manrique Salas. El próximo viernes 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, un hito anual muy especial considerando la importancia de crear conciencia común para la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger el planeta.

En días pasados leí un tweet de Roberto Artavia Loria, ex rector del Incae, Presidente de la Fundación Latinoamérica Posible y un líder comprometido con el desarrollo sostenible que decía: “El 44% de lo que consumimos hoy le pertenece a la siguiente generación...insostenibilidad se llama eso”.

Esta corta reflexión es sin duda un golpe fuerte para quienes queremos dejar un legado a nuestra descendencia, asegurar su bienestar y garantizar su sano desarrollo. A ella le tocará enfrentar las indecisiones de nuestra generación, la falta de voluntad política de nuestros/as líderes y el poco compromiso del empresariado para plantearse una visión de largo plazo y una ruta hacia la sostenibilidad.

Desde mi punto de vista, una de las mayores barreras para emprender la ruta hacia la sostenibilidad tiene que ver con la falta de un tejido social que integre un proyecto conjunto en este sentido. Aquí hago una pausa para retomar las palabras de otro líder singular, Stephan Schmidheiny, (ver http://www.stephanschmidheiny.net) quien planteó que “existe una cantidad creciente de empresas y líderes empresariales con la suficiente mentalidad social, como para trabajar con ONG. Y hay una cantidad creciente de gente en las ONG con la suficiente mentalidad empresarial como para trabajar con esas compañías.

Me refiero a estas mentalidades porque el punto de conflicto en estas asociaciones casi nunca es un tema tan obvio como los objetivos o los recursos. Por lo general se trata de un abismo psicológico o cultural difícil de superar, una profunda falta de interés y valoración de lo que piensa otra gente. El empresariado no logra comprender las motivaciones y la cultura del exótico mundo de las ONG, y en consecuencia, siente desconfianza. Y las ONG sienten una visible sospecha respecto de la motivación que guía a las empresas”.

Aunque parezca cuento chino al mejor estilo de Oppenheimer, la realidad es que estos procesos de alianzas son cada vez más frecuentes.

Los gobiernos juegan un rol fundamental y una triple alianza entre éstos con las empresas y ONG, sumado al voluntariado de la sociedad organizada generaría una poderosa sinergia para promover cambios reales a favor del medio ambiente, creando capital político para aquellos que hacen vida pública y mejores oportunidades de negocios para aquel empresariado que con visión, reconoce las oportunidades y las aprovecha al máximo. Las ONG, logran un avance sustancial en su agenda institucional y todo el mundo tendrá más bienestar.

La ruta hacia el desarrollo sostenible requiere de diálogo, fortalecer el tejido social y no desarticularlo. El diálogo multisectorial es uno de los mejores regalos que podemos hacerle a la tierra en su día. Siga leyendo >>>

Huella de Agua

. martes, 29 de marzo de 2011
0 comentarios

Por Gustavo Manrique Salas. El pasado martes se conmemoró el Día Mundial del Agua, establecido por las Naciones Unidas para llamar la atención sobre la importancia del agua dulce, un tema al que deben prestar atención todas las empresas.

El 2030 Water Resources Group, un grupo constituido por organizaciones tanto privadas como públicas, se refiere a la escasez de agua como “un creciente riesgo empresarial, una amenaza económica mayor que no puede ser ignorada y una prioridad global que afecta al bienestar humano”.

En este contexto las empresas tienen un importante desafío y representantes de unas 100 compañías incluyendo Nike, PepsiCo, Levi Strauss & Co y Starbucks han tomado la iniciativa de reunirse para debatir el cálculo y la reducción de huellas hídricas por parte de las corporaciones. Esas y otras empresas, junto a una coalición de científicos y agencias de desarrollo, lanzaron la Water Foodprint Network, una agencia internacional sin fines de lucro que ayuda a compañías y a gobiernos a medir y gestionar sus huellas de uso de agua.

Diversos casos recientes demuestran cómo el tema del agua no puede ser ignorado por las empresas. Un reporte del diario The Wall Street Journal publicado por Steve Stecklow el 7 de junio de 2005 contaba como activistas ejercieron una fuerte presión sobre Coca Cola en India, a causa de sus procesos industriales asociados al consumo y tratamiento del agua.

La empresa se puso a trabajar de forma rápida y casi dos años después, el 6 de Junio de 2007, el mismo diario publicó una nota que decía: “Coca Cola, que usó más de 290.000 millones de litros de agua el año pasado en todo el mundo, impulsará sus programas de conservación de agua luego de recibir críticas por la creciente escasez del líquido. Coca Cola mejorará sus procesos de reciclaje y tratamiento de modo que la mayor parte del agua que utiliza quede lo suficientemente limpia para ser destinada a otros usos”. Hoy el tema de agua es parte fundamental de la agenda corporativa de Coca Cola.

Para otras empresas como Nestlé y SAB Miller el Agua es una de sus primeras causas globales. SAB Miller se ha comprometido a mejorar su consumo de agua en un 25% y ha recurrido al concepto “huella de agua” con el fin de conocer la cantidad y la eficiencia del agua usada en todo el proceso productivo, desde el cultivo hasta la distribución. Por su parte, Nestlé anunció que se propone reducir el consumo de agua 15%, como una de sus metas de sostenibilidad al 2012.

La importancia de la huella hídrica es tal, que la organización CDP Water Disclosure ha solicitado a más de 300 grandes empresas globales que notifiquen acerca del uso del agua que llevan a cabo en sus actividades.

Además del Water Foodprint Network, otras iniciativas y herramientas para gestionar el uso de agua son: Análisis del ciclo de vida (Life Cycle Assessment, LCA), Gemi Water Sustainability Planner and Tools y WBCSD Global Water Tool. Siga leyendo >>>

Hacia un nuevo orden corporativo

. miércoles, 22 de diciembre de 2010
1 comentarios

Por Gustavo Manrique Salas. Uno de los fenómenos que va a definir el futuro de las empresas es el cambio climático y sus implicaciones en los procesos y modelos de negocios. Las empresas tienen el desafío impostergable de definir su rol frente al cambio climático y trabajar en una transición hacia una economía regulada en materia de emisión de CO2.

Sin embargo, para lograr esta transición las empresas tienen que comprometerse con objetivos de largo plazo, ya que las inversiones en esta área se hacen tangibles y tienen un impacto que trasciende los objetivos de negocio tradicionales.

Así mismo, uno de los mayores problemas que enfrentan las empresas es la asimetría de los procesos regulatorios en relación al cambio climático, los cuales varían de país a país generando presiones adicionales y una mayor incertidumbre.

Las informaciones sobre los procesos regulatorios por venir ya comienzan a cobrar fuerza. De hecho, a partir de enero de 2011 el cambio climático dejará de ser un tema que las empresas puedan abordar de manera voluntaria… al menos en los Estados Unidos. Esta iniciativa implica la inspección de aquellas empresas que generen más de 75 mil toneladas de CO2 al año, por medio de la Agencia de Protección Ambiental.

Indicadores relevantes
Diversos estudios dan cuenta del impacto que tendrá el cambio climático en los negocios. Según un estudio realizado por The Economist Intelligence Unit, uno de los mayores riesgos que enfrentarán las empresas en el futuro será el cambio climático. Al menos otros 4 estudios de reciente data coinciden en que este será uno de los principales riesgos corporativos en los próximos años.

En los últimos años también se ha consultado la opinión de los consumidores. El estudio elaborado por el Havas Media, destaca que el compromiso corporativo hacia prácticas verdes influye cada vez más en la conducta de compra de quienes consumen y se estima que un 79% prefiere comprar en compañías responsables ambientalmente. Por su parte, el informe “Green Brands 2009” elaborado por WPP destaca que las personas consumidoras de los mercados emergentes se muestran más inclinadas a comprar productos y servicios verdes.

También hay que destacar el Monitor de Confianza Climática, del cual se desprende que casi dos tercios (65%) de las personas encuestadas en el mundo creen que un pacto internacional para reducir emisiones es muy importante. Un 79% quiere ver un compromiso para cumplir o superar una reducción de 50 a 80% en las emisiones para el 2050.

Por último hay que destacar un indicador que evidencia la firme tendencia de las corporaciones por asumir un rol activo frente al cambio climático. Según un estudio realizado por Ernst & Young el 70% de las firmas con ingresos de 1,000 millones de dólares o más dicen que tienen previsto incrementar el gasto en iniciativas contra el cambio climático en los próximos dos años y que sus inversiones en este área estarán entre el 0.5% y más del 5% de los ingresos en el 2012.

Sostenibilidad ambiental y sostenibilidad de negocios
En las líneas anteriores hemos observado que el cambio climático implica importantes riesgos para los negocios, pero también grandes oportunidades. El estudio “El Acuerdo de Copenhague: perspectiva del trabajo en curso” destaca que el mismo y los acuerdos en torno al cambio climático abren muchas obligaciones y oportunidades para los negocios y, comprender sus detalles, puede ayudar a las compañías en su carrera ascendente y mitigar los impactos relativos a inversiones requeridas y a cambios en su forma de operar.

Las organizaciones tienen que asumir un nuevo rol frente al ambiente y la sociedad para capitalizar las oportunidades y sacar ventaja a la competencia.

Según el estudio “Era de la Sostenibilidad – CEO Study 2010” realizado por Accenture, los máximos responsables de las empresas creen que dentro de una década se podría alcanzar un punto de inflexión en el cual la sostenibilidad y la responsabilidad social serán parte integral del modelo de negocios.

Casi todas las principales personas directivas de empresas (93%), estiman que la sostenibilidad será una de las claves para el futuro éxito de las compañías y el 96 % cree las publicaciones de sostenibilidad deberían estar integradas a la estrategia y las operaciones de una empresa. Según esta alta dirección, los tres factores que llevan a las empresas a tomar decisiones en materia de sostenibilidad son: la marca, la confianza y la reputación. Quienes lideran las empresas creen que la educación es el tema más crítico para el desarrollo global (72%), seguido por el cambio climático (66%).

En mi rol profesional he podido verificar el incremento de situaciones de crisis corporativas asociadas a temas medioambientales, generando severos daños a la viabilidad de las empresas. Una buena manera de orientar los negocios en la dirección correcta es medir la huella de carbono, promover el uso de energías renovables y generar reportes de sostenibilidad como una ruta hacia buenas prácticas ambientales.

En conclusión, la vocación disruptiva de las empresas será un factor clave para su éxito futuro frente al cambio climático. Esto implica desafiar los supuestos de negocios para ubicarse en una posición privilegiada en el mercado competitivo, crear procesos eco-eficientes, fortalecer las relaciones con sus stakeholders para asegurar la licencia social para operar y desarrollar las capacidades para asumir los procesos regulatorios por venir. Siga leyendo >>>

La Responsabilidad Social en Panamá

. miércoles, 27 de octubre de 2010
0 comentarios

Por Gustavo Manrique. Esta semana se presentó en Panamá el estudio de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) “OpinaRSE”. Este estudio fue elaborado con el fin de presentar un panorama de las percepciones que la sociedad panameña tiene sobre el concepto de RSE y describir las expectativas de la población respecto al cumplimiento de los compromisos de las empresas en términos de responsabilidad social.

Según el estudio, el 91% de las personas encuestadas opina que las empresas son importantes y ayudan al desarrollo del país. Un 78% estima que las empresas juegan un papel relevante en la generación de empleos y un 85% considera que las empresas deben involucrarse con la comunidad a la cual pertenecen.
Según las personas encuestadas que incluía a población mayor de 18 años de ambos géneros y de todos los niveles socio económicos; las empresas deben concentrarse en atender los nichos de pobreza, educación, seguridad, salud humana, medio ambiente y cultura.

Un 73% cree que la RSE se refiere a la responsabilidad que tienen las empresas con la sociedad (48%) y a la responsabilidad que tiene las empresas con las personas empleadas (25%). En un porcentaje poco representativo las personas estiman que la RSE se relaciona a temas medioambientales, éticos y legales, las ganancias o relacionada a los clientes.

Otros datos relevantes del estudio demuestran que en materia de la responsabilidad social las empresas deben: contratar personal, retribuir a la comunidad local y al país, donar dinero y ayudar a la gente necesitada, mejorar la infraestructura pública, ayudar al desarrollo de la educación y apoyar a la juventud entre otros factores.

En el ámbito del personal interno, se espera que este sea tratado de manera justa, proporcionarle beneficios y estabilidad laboral, respetar los derechos humanos y no discriminar.

Si definimos la imagen como una percepción la gente asigna buena imagen y tiene una opinión favorable sobre aquellas empresas que colaboran activamente con la comunidad, brindan capacitación, salud y seguridad laboral a su personal y cuidan el medio ambiente.

Frente a la pregunta ¿En el último año, qué tanto ha escuchado o leído sobre el esfuerzo que hacen algunas empresas, en Panamá, para mejorar su desempeño en el ámbito social y medioambiental?, casi la mitad de las personas encuestadas (47%) dijeron conocer poco o nada sobre el tema, el 35% algo y el 17% mucho.

Una tendencia muy interesante se refiere a la intención de compra, ya que un 42% de las personas manifiesta algún tipo de intención por favorecer a empresas responsables socialmente y un 13% lo ha pensado pero no lo ha hecho. En tanto, cerca de un 46% ha castigado o ha pensado castigar a empresas no responsables socialmente, lo cual pone en evidencia que quien consume está madurando en cuanto a sus hábitos.

Aunque falta mucho camino por recorrer, es evidente que en Panamá ha habido avances significativos en cuanto al reconocimiento de la RSE se refiere, lo que hoy puede ser un indicador, mañana será un factor crítico para la sostenibilidad de los negocios. Siga leyendo >>>

La Demanda por más Ética Empresarial

. miércoles, 22 de septiembre de 2010
1 comentarios

Por Dr. Bernardo Kilksberg. El mayor fondo de inversión público de los Estados Unidos es el California Public Employees’ Retirement System (CALPERS). Su directora Anne Stausboll que supervisa 200.000 millones de dólares de inversiones ha puesto muy claros los criterios para seleccionar inversiones: “Esperamos que las empresas de nuestro portafolio hagan lo necesario para posicionarse para una economía sostenible”, y precisa “Los temas ambientales y sociales son centrales para el desempeño de las empresas en el Siglo XXI”. Mindy S. Lubber directivo del reconocido Ceres pone la misma demanda en términos históricos “El mundo no puede soportar más “business as usual”. Nuestra economía global enfrenta desafíos sin precedentes, como el cambio climático, las escaseces de alimentos y agua, o la miopía de mercados financieros obsesionados por las ganancias de corto plazo”. Una reciente encuesta de McKinsey a líderes empresariales muestra que los problemas futuros de la sociedad requerirán un involucramiento y una reestructuración de las prácticas de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Junto a los inversionistas, la sociedad civil, y los consumidores, los gobiernos están manifestando también un interés creciente en promover, y participar en la Responsabilidad Social Empresarial. Así en ejemplos recientes en España se creó y opera el Consejo Estatal de RSE de las empresas. En USA, el Departamento de Estado encomendó a un centro de investigación lo asista en identificar y diseminar buenas prácticas para eliminar el trabajo infantil, y el trabajo forzado en las cadenas de proveedores, y desarrollar un marco para evaluar las prácticas empresariales. En Noruega el Ministerio de Finanzas ha adoptado nuevas directrices para la inversión de su Fondo Soberanos de Inversiones uno de los mayores del mundo, que pone énfasis en exigentes criterios sociales y medioambientales.

La demanda por elevar los standards de compromiso de la RSE está plenamente registrada en la New York Declaration que firmaron muchas de las principales empresas del mundo en la reciente reunión del Pacto Global convocada por la ONU. Allí dicen que “incrustar los principios de los derechos humanos, laborales, medio ambientales y anticorrupción en las prácticas corporativas beneficia a la sociedad y las empresas, y reconocemos que a pesar de los buenos progresos hay mucho por hacer”. Urgen a los gobiernos a “estimular el involucramiento del sector privado en iniciativas que promuevan los valores universales”.

Una de las ganancias para las empresas de responder a todas estas demandas por más RSE, es invisible a los ojos. Todas están interesadas en reclutar los mejores talentos. Esos talentos, están mostrando crecientemente que a prefieren trabajar en empresas con alta RSE. Un ejemplo expresivo de las tendencias, lo da el sorprendente éxito de una ONG americana “Enseñar por América” mencionado con frecuencia por Obama en sus discursos. Va a los campus de excelencia y ofrece a los graduados trabajar dos años como maestros en las escuelas más pobres del país. El último año el 18% de los graduados de Yale, y Harvard, entre otros aplicaron. Este año en su 20 aniversario reclutó más jóvenes brillantes que cualquier otro empleador. Tuvo 46.359 solicitantes par 4.500 cupos. Crecen todos los años. La probabilidad de ser rechazado aun siendo egresados de una escuela líder, es muy elevada. Uno de los egresados dice que entrar es “como ser aceptado en la Ivy League”.

Tanto para recibir inversiones, como para atraer a los más talentosos, y para muchos otros planos, una RSE vigorosa, no aparece como una opción sino como una necesidad. Siga leyendo >>>